La vacuna antiage está compuesta por vitaminas, minerales, oligoelementos, cofactores de enzimas mitocondriales y regeneradores. La característica más importante de este producto es que se comporta como un nutriente específico de cada órgano, por lo tanto no tiene intolerancia de ninguna naturaleza, no existen sobredosis ni tampoco efectos secundarios. Es un revitalizador celular que se comporta como un nutriente celular otorgando a las células dañadas una veloz reposición de nutrientes para reponer sus funciones y disminuir su deterioro.
Beneficios de los compuestos de la vacuna antiage:
Aminoácidos: Están presentes en todos los procesos metabólicos de nuestro organismo, sus funciones más importantes son: el transporte y almacenamiento de todos los nutrientes. La mayoría de las enfermedades de la sociedad actual son debido a nuestro estilo de vida, tales como: obesidad, colesterol, diabetes, insomnio, disfunción eréctil o artritis. Por consiguiente, es importante complementar el déficit nutricional con un buen aporte de aminoácidos necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Antioxidantes: Un antioxidante es una molécula capaz de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas. Las reacciones de oxidación pueden producir radicales libres dando así comienzo a reacciones en cadena que dañan el desarrollo celular. Los antioxidantes inhiben el desarrollo de los radicales libres, normalizando el funcionamiento celular.
Complejo vitamínico: El grupo de las vitaminas B son esenciales para mantener en óptimas condiciones nuestro sistema nervioso, contribuyen a restablecer nuestro equilibrio dérmico y capilar. Se utilizan como coenzimas en casi todas las funciones del cuerpo y son necesarias para el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas participan activamente en distintos procesos metabólicos, ayudando a restablecer el déficit nutricional que suele presentarse en estos tiempos, restableciendo el equilibrio psicofísico.
Los oligoelementos: Intervienen en el metabolismo del organismo para nutrir nuestro sistema inmunológico. Estos elementos químicos, son esenciales para el buen funcionamiento de las células. Es muy importante su presencia, ya que nuestras células son permanentemente atacadas por el estrés, el cansancio, las enfermedades, por consiguiente, el aporte de estos elementos químicos activan dos sistemas que luchan en contra de estos radicales llamados: enzimáticos (actividad controlada por la disponibilidad del cobre, del manganeso, del zinc o del selenio) y no enzimáticos (antioxidantes como las vitaminas C y E). Estos sistemas participan en varias funciones corporales y cada elemento tiene un rango óptimo de concentraciones, dentro de los cuales el organismo funciona adecuadamente por la eficiente estimulación del sistema inmunitario, que crea resistentes defensas contra estos radicales que envejecen o perjudican nuestras células.
Este tipo de tratamiento lo indicamos para:
– Generar una acción antioxidante.
– Aumentar las defensas del organismo.
– Combatir la formación de los radicales libres.
– Mejorar el rendimiento físico e intelectual.
Posología sugerida:
Una inyección intramuscular profunda semanal durante 3 meses y repetirla hasta 2 veces al año.
